Chatarra
nació en un piquete de los ’90, en esa trinchera de lucha donde todos volvían a
ser. Chatarra nació siendo todos y
todas.
A
Cacho le propusimos el desafío de darle encarnadura a Chatarra en un rostro,
gestos y un cuerpo. Y se entusiasmó con
el desafío, lo soñó inmenso, infinito.
Chatarra
no siempre fue tira. En un principio,
fue mito. Integrante del programa Barrio
Adentro, que se emitía los domingos por FM Riachuelo, sin su voz en los
micrófonos, era parte del equipo con un mate, un tema musical, una entrevista
en un barrio, un comentario trasmitido…
Como
Cacho superó las expectativas que teníamos en el desarrollo del personaje, nos
permitió soñar. Entendíamos la
importancia del género historieta para expresar las luchas, discusiones, victorias
de nuestro pueblo. Un género que tuvo su
época de oro y no sólo supo acompañar en aventuras y diversión a los pueblos
latinoamericanos sino también acompañarlo en su alfabetización, porque es un
género amigo.
Y
entonces le propusimos el desafío de una tira en Sur Capitalino. Empezó a salir en febrero y cada vez Chatarra
reflejaba nuestro sentir, le ponía el cuerpo a lo que decíamos “difícil” en
otros ámbitos.
Chatarra
habló de los problemas habitacionales en la ciudad, de la falta de presupuesto
para la educación pública y su lenta destrucción por parte del gobierno de
Mauricio Macri, apoyó la campaña presidencial de Chávez, supo acompañar a las
organizaciones sociales en la marcha “Derribando muros”, pintó murales de
unidad y rebeldía, hizo programas radiales desde asentamientos porteños, charló
con entendidos y vecinos…
Chatarra
es un compañerazo, como Cacho.
Nunca
pudimos diferenciar donde terminaba Chatarra y empezaba Cacho. Nos dejó sus dibujos, se llevó los que no
hizo, las ganas de hacerlos, nos dejó su palabra, su mirada transparente y su
sonrisa alegre. Nos dejó valores y
poemas de lucha, esperanza.
Pero
como los imprescindibles, sigue entre nosotros.
No soportó que el cuerpo no le siguiera el ritmo a sus sueños, y fiel a
ellos, sus ideales y convicciones, prefirió no claudicar. Dejó el cuerpo y se fue a militar con el Oso,
María, Paulita, compañer@s que partieron antes,
a convencer a otros que partieron vencidos que vale la pena, que se
puede.
Chatarra
cierra un ciclo. Seguramente estará en
los actos en conmemoración del 19 y 20 de diciembre, abrazando a los familiares
y compañeros de los caídos, dándonos fuerzas para los tiempos que vienen,
convenciéndonos de que en la calle se dirimen las peleas, acompañándonos cuando
salgamos de nuevo.
Cacho,
Osvaldo Torta, pasó por nuestras vidas de diferentes maneras, y eso no va a cambiar. Sus creaciones, sus valores, sus luchas, su
consecuencia y coherencia, siempre van a estar con nosotros.
Ahora
y siempre ¡PRESENTE!